Cristo sana tu corazón si está roto, cura tu alma si está herida o enferma. Él te limpia, restablece y perdona todo, con su magia de amor eterno.
Amar es un regalo de Dios que se entrega... Ser amado es la recompensa.
Con el amor podemos alcanzar a Dios. El amor no falla, no comete errores, todos nuestros errores se deben a la falta de amor.
El amor más GRANDE es el que se entrega a quien no sabe de amor, pero lo necesita más que nadie.
El hombre más pobre del mundo es aquel que lo tiene todo, pero no cuenta con nadie que lo ame sinceramente, de verdad.
Cuando rezamos hablamos con Dios, nuestro amigo. Sacamos de nuestro corazón las penas y todo lo que nos preocupa. A los pies de quien nos sostiene y levanta todo el tiempo. A los pies de quien siempre nos va a escuchar.
En tus peores momentos, Dios será tu mejor compañía.
Dios es capaz de hacer lo que a veces no somos capaces de creer y entender.
La FE es la llave que recibimos en el altar de la oración, para abrir los templos de los cielos.
La FE es esa mano amiga que nos encamina por el camino de la determinación y es nuestra excusa para vencer lo imposible.
Si algún día piensas que has perdido todo, no pierdas tu FE, porque entonces estarás perdiendo también lo que podrás recibir de Dios.
Hablar de problemas crea problemas. Hablar de FE crea soluciones.
Siempre podemos esperar buenas cosas de algunas personas, pero de Dios siempre podemos esperar el doble y mucho más.
Buscar a Dios nos da paciencia para las dificultades, tolerancia para las diferencias y fortaleza para las pruebas.
Puede que tú sepas muy bien lo que te gusta o lo que quieres, pero Dios sabe lo que te conviene.
La paz no es la ausencia de crisis en tu vida, sino de la presencia de Dios en tu corazón.
Quien no busca el reino de Dios nunca podrá obtener los tesoros que allí nos esperan, paz y felicidad.
Somos bendecidos porque hagamos lo que hagamos, Dios siempre confía más en nosotros que nosotros en El.
No te avergüences ante los ojos de Dios, porque nada de lo que hagas le sorprenderá.
Él te conoce perfectamente y te ama, a pesar de todo y sobre todo.
Servir a Dios no significa no tener problemas, significa que sabemos que no vamos solos al campo de batalla.
La paz no es la ausencia de crisis en tu vida, sino de la presencia de Dios en tu corazón.
Quien no busca el reino de Dios nunca podrá obtener los tesoros que allí nos esperan, paz y felicidad.
La vida nos forma, el pecado nos deforma, la iglesia nos informa, la palabra nos da forma, pero solo Cristo nos transforma, siempre en algo mejor.
Escuchar a Dios es exponerse a la sabiduría. Arriésgate y escúchale.
Un cristiano florece donde Dios lo ha colocado. Destaca entre todos a su alrededor por su desinterés, humildad, honestidad y amor.
Dios te dirá qué camino debes tomar, no lo caminará por ti, pero si caminará junto a ti.
A los humanos nos es más fácil llorar con los que lloran, que reír con los que ríen.
Porque es más fácil sentir compasión, que felicidad por el gozo ajeno.
Dios nos muestra su gran amor acomodándonos en los asientos más exclusivos de los corazones más cálidos y nobles.
Creer en el Evangelio es llevar a Cristo en el corazón día a día y lograr que sobreponga a nuestro carácter, nuestras emociones y problemas.
No eres el auto que manejas, no eres la ropa que vistes y no eres lo que llevas en la cartera. Es más importante lo que ERES y no lo que TIENES.
La falta de perdón es una amarga raíz que dejamos que nos apriete el alma, esperando que el otro agonice.
Nuestro futuro está en las manos de Dios, no en lo que diga la gente.
Soñar es estar despiertos para Dios y abrazar los planes que El pensó para nuestra vida.
Trabajar es sembrar la semilla del árbol de los sueños. Madurar es compartir los frutos para dormir tranquilos.
Dios, bendice a la persona que lee este mensaje.
Guía su día, aclara sus dudas, llena de valor su espíritu y desborda abundancia en su vida.
Si pasa por momentos de turbación dale la luz.
Si sufre de pena, arráncasela.
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